lunes, 13 de julio de 2009

Mensajero de muerte

Aunque prefiero la ciencia ficción más reflexiva, esta vez toca un relato de acción espacial. Tengo pensamiento de continuar el relato pero de momento me ha parecido más o menos entretenido para colocarlo en el blog.



MENSAJERO DE MUERTE



Pulsó un botón y tres millones de seres inteligentes dejaron de respirar la atmósfera rica en oxígeno del planeta. Pulsó otra vez el mismo botón y fueron siete millones, al menos según las estimaciones del ordenador de la nave, que no se tomó la molestia de observar porque cada segundo era vital. Había evitado los radares volando a velocidad peligrosamente lenta y debía maximizar los daños contra el enemigo, tanto biológicos -que no humanos, porque los alienígenas no merecían el estatus de personas- como materiales.



Para ello disponía tanto de proyectiles nucleares como térmicos. Los proyectiles nucleares tenían un radio mortal mucho más amplio y dejaban un rastro de muerte radiactiva y duradera. Contra los proyectiles térmicos no había refugio y abrasaban cualquier ser vivo que tuviera la mala fortuna de encontrarse en su radio de acción. Igualmente inutilizaban cualquier circuito, incluso los dispositivos ocultos bajo tierra.


La vista que hubiera podido contemplar volando a menor velocidad era sobrecogedora. Aquí y allá, dejaba atrás un rastro de hongos multicolores emergiendo entre nubes de radioactividad magenta sobre lo que antes habían sido ciudades.


Pero aquello era lo más fácil e incluso podía resultar divertido para pilotos con menos sangre fría. Después de la oleada de destrucción intensa de los primeros minutos llegó la respuesta. A las naves en activo se añadían los pilotos listos para incorporarse al momento desde sus hangares, ocultos en los rincones más insospechados de aquel mundo. La caza había comenzado.


Cada segundo antes de escapar era valioso y Jaime no pensaba escapar antes de completar una incursión admirable. Si no hubiera sido tan extraordinariamente difícil y costoso conseguir un buen piloto y una nave como la suya no hubiera dudado en sacrificar su propia vida como aquello kamikazes japoneses del siglo XX por el bien de la humanidad. ¿Qué podía significar su vida -una sola vida- contra las de millones de enemigos muertos?


Sus perseguidores le acosaban en jauría. Aumentó la velocidad hasta los trescientos kilómetros por segundo. Volaba en zigzag, evitando seguir una trayectoria mínimamente predecible. Por el contrario, su nave volaba de forma premeditadamente aleatoria para evitar los impactos de los proyectiles térmicos, no muy numerosos por el enorme daño que el enemigo se hacía a sí mismo cuando éstos fallaban contra un enemigo que volaba a tan poca altura.


No obstante le esperaba una sorpresa. Una vez más su mente fría fue puesta a prueba cuando varias naves aparecieron frente a él como surgidas de la nada, posiblemente ocultas hasta entonces en algún hangar subterráneo. Eran muchos y ya no dudaban en emplear todo su fuego artillero contra él.


Jaime no era un psicópata que buscara el riesgo por frivolidad pero podía asumir el riesgo cuando era la mejor opción. Y en aquel momento la mejor opción era hacer lo que sus perseguidores menos esperaban: descender en picado hacia el mar. El riesgo era grande porque la nave no había sido diseñada especialmente para ello pero resistió el tremendo impacto de la inmersión en el agua a semejante velocidad. El agua tampoco disminuyó su velocidad lo suficiente para ser alcanzado por las naves guardianas, cuyos proyectiles térmicos explotaron sobre el agua. Tampoco encontró algún obstáculo inesperado contra el que estamparse.


No obstante uno de los proyectiles explotó a apenas treinta kilómetros de Jaime. Si hubiera mirado por la escotilla habría visto el agua del mar convertirse en espumosa gaseosa. De haber sido más frívolo y vanidoso hubiera sonreído triunfal porque un impacto a esa distancia y fuera del agua le hubiera achicharrado sin remedio y fundido los circuitos de la nave, aunque la temperatura a sesenta grados del interior de la nave distaba de ser agradable. Como no celebraba jamás una batalla antes de haberla ganado, ni siquiera prestó atención al sistema de refrigeración automático que llenó de aire frío el interior de la nave. En aquel momento sus sensaciones corporales no podían distraerle. Sus sentidos eran sólo para las pantallas de luces y colores que le proporcionaban toda la información necesaria.


Después de unos doscientos cincuenta kilómetros bajo el agua volvió a emerger entre nubes de vapor tan espesas como un muro de escayola. En la superficie del agua flotaban millones de criaturas marinas muertas, cocidas y ahumadas en segundos. Fue suficiente para escapar de los radares de las naves enemigas que, confundidas por el vapor, no previeron el lugar por el que la nave invasora emergió como un cohete en trayectoria casi vertical y escapó.


Sólo cuando se encontró completamente a salvo y de regreso a la base se permitió comprobar las estimaciones de la computadora. Alrededor de ochocientos millones de bajas estimadas y una destrucción material imposible de calcular habían dejado uno de los planetas más valiosos de los alienígenas seriamente dañado. Todo gracias a un solo hombre. Él. Por un segundo se sintió tan orgulloso como para considerarse un héroe. La satisfacción del trabajo bien hecho no le abandonó en horas.


4 comentarios:

Andronicus dijo...

Me pierde la falta de contexto, pero está bien relatado. Me recuerda un poco al estilo de Vázquez-Figueroa.

A ver cómo continua. Nos leemos!

solselenia dijo...

Bien redactado como todos tus escritos, pero al llegar al final me pregunto ¿Y....? Habrá que esperar a la continuación.
(Me ha hecho gracia que el astronauta se llame Jaime en vez de tener un nombre anglosajón o, si acaso, ruso, como casi es preceptivo).

Alex [Solharis] dijo...

Bueno, tengo ideas para hacer un relato más amplio pero quería escribir algo de acción para variar. Sobre el nombre, me hizo gracia cambiar el típico nombre anglosajón...

Deprisa dijo...

Me quedo con ganas de saber más, de conocer el entorno del universo del que hablas...supongo que lo tendrás preparado, así que avisa cuando te lances ;)

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